CONCLUSIÓN
Concluimos reconociendo que la disgrafia es un trastorno de
la lecto escritura, que afecta en gran manera la etapa infantil, es
especialmente importante en estos niños ayudarles y brindarles el tipo de
reconocimiento adecuado, que puede desarrollar su autoestima y seguridad
en sí mismo. Además de que así puede ayudar a que el niño siga motivado en
mejorar sus destrezas para escribir.
Es importante ser detectado para
poder precisar el grado de alteración y puntualizar el tipo y frecuencia del
error gráfico, para ello se necesitará corregir diariamente las producciones
del niño, destacando las fallas para reeducar con la ejercitación
adecuada.
El niño disgráfico tiene una actitud negativa hacia la
escritura y en ocasiones, un auténtico rechazo hacia la misma, puede llevar a
actividades amenasantes y algunas de aspecto lúdico, todo ello ayuda a
recuperar la coordinación global y manual y la adquisición del esquema
corporal, rehabilitar la percepción y la atención gráfica, mejorar la fluidez
al escribir, corregir la postura del cuerpo, la postura de los dedos, mano y
brazo, y cuidar la posición del papel.
Finalmente, manifestamos que corregir la disgrafía no
consiste en que el niño escriba mucho, sino en que vaya venciendo las
dificultades que le impiden una escritura adecuada.
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